Cómo nos ataca el gluten: permeabilidad intestinal

23/11/2017 | Sin categorizar

Hace unos años eran muy pocas las personas que sabían que era el gluten, ahora cada día hay más personas que presentan algún tipo de problema con referencia al gluten. Debido a que hemos aumentado la cantidad de cereales que ingerimos, y a que las propiedades del gluten, que aporta esponjosidad a las masas hacen que el 14% de las harinas sean gluten. Cualquier población en la que se incluyen cereales con gluten, tiene un notable incremento de reacciones alérgicas al gluten.

 

El gluten es una proteína presente en algunos cereales. La proteína del gluten (gliadina) se encuentra en el trigo, centeno, cebada y triticale. Es irónico que sea un italiano, el Dr. Fasano, quien nos ha descubierto muchos datos sobre el gluten y sus efectos, tales como que:

  • Existen 4 diferentes tipos de alergias al trigo, con 4 tipos diferentes de respuestas inmunitarias.
  • El número de personas con enfermedad celíaca se ha cuadruplicado en los últimos 50 años y muchas la desarrollan en la vejez, pero se calcula que aún hay muchas personas sin diagnosticar.
  • 18 millones de personas en el mundo presentan una respuesta inmunológica llamada  “sensibilidad al gluten” con síntomas similares a la enfermedad celíaca, pero que no implica que el gluten ataque a la pared intestinal.

En realidad ninguna persona puede digerir o metabolizar correctamente el gluten, y muchas tienen los más diversos síntomas que podrían indicar enfermedad celíaca pero al hacer las pruebas el resultado es negativo. Hasta hace relativamente poco se creía que el gluten solo provocaba celiaquía (seguramente muchos profesionales sanitarios así lo crean) pero se han descubierto 2 formas más: Alergia y sensibilidad al gluten.

¿Sabías que la relación entre la enfermedad celíaca y el gluten se descubrió gracias a la segunda guerra mundial? Un pediatra  holandés el doctor Willem-Karel Dicke se dio cuenta que en los últimos años de la guerra, cuando el pan no estaba disponible, la tasa de mortalidad infantil por celiaquia descendía hasta casi desaparecer y volvía a producirse cuando el pan volvía a estar disponible.

La gliadina es una de las proteínas que se encuentran en el gluten. Nuestras enzimas no pueden descomponerla a partir de los aminoácidos (glutamina y prolina) en elementos lo suficientemente pequeños como para que podamos digerirlos, así que la descomponen en péptidos, que son demasiado grandes para ser absorbidos correctamente a través del intestino delgado. La pared intestinal necesita abrirse más para dejar pasar estos péptidos y así poder asimilarlos pero ante esa acción el sistema inmunológico ve el péptido como un enemigo y lo ataca.

Intestino permeable

En una persona sin reacción al gluten, la pared intestinal recupera su tamaño y los péptidos que quedan en el tracto intestinal se evacuan antes de que haya reacción por parte del sistema inmunológico. Si hay sensibilidad o intolerancia, la pared intestinal permanece abierta durante todo el tiempo que se sigue consumiendo gluten. En la enfermedad celíaca el sistema inmune llega a atacar a las paredes intestinales.

Este tipo de reacciones se seguirán produciendo y aumentarán mientras los cereales sigan siendo la base de nuestra alimentación.Una forma de proteger a las futuras generaciones es alimentarlos el máximo tiempo posible con leche materna, retrasando la introducción del gluten en su dieta. Los prebióticos también protegen el intestino de reacciones al gluten, al alimentar la flora bacteriana.

Texto e imágenes extraídas de: www.megustaestarbien.com